viernes, 22 de abril de 2016

LA VOZ COMO CUERPO Y ENTIDAD DE LA MEMORIA EN EL ESPACIO INTERIOR

El proyecto, desarrollado por el dramaturgo e investigador teatral Angel Hernández, consiste en generar una memoria documental de crónicas testimoniales entre sobrevivientes de la ciudad perdida de Chernobyl, para la construcción de una plataforma auditiva contenida de sus voces, comprendidas desde el contexto del exilio. En base a lo anterior, se instalarán dispositivos de audio con el material sonoro de las personas entrevistadas para ser reproducidos y amplificados en los espacios habitacionales pertenecientes a la llamada “zona de exclusión” cercana al reactor nuclear. Con todo ello, se pretende la creación de un texto dramatúrgico, conformado de manera incidental con la emisión de los testimonios reproducidos y el carácter del espacio contenido en su memoria.   

jueves, 5 de diciembre de 2013

LOS HABITANTES DE LA CIUDAD PERDIDA

La mayoría de los desplazados de Chernóbil y Prípiat anteriormente pertenecientes a la extinta URSS, viven actualmente a 45 kilómetros de sus antiguos hogares, en la ciudad emergente de Slavutich al norte de Ucrania, que fuera construida inmediatamente después del accidente.  Así mismo, unas cuantas docenas, tal vez 300 pobladores, sobreviven por decisión propia, reubicados en el área de exclusión a 28 kilómetros en torno a la central nuclear donde la contaminación radiactiva supera hasta 40 veces el máximo permitido por la Agencia Internacional de la Energía Atómica perteneciente a la ONU. En base al exilio de estos pobladores y sus ciudades perdidas, cuyos imaginarios aun se alojan en la memoria, se realizará la composición dramatúrgica de este proyecto

LA EXTINCIÓN DE LAS CIUDADES


Ucrania, luego del episodio de radiación que determinó la desolación de sus ciudades, se formula en la actualidad como uno de los archivos más complejos y palpables del rastro que arroja la memoria como evocación del ciclo de vida que cumplen las civilizaciones frente a la catástrofe inminente que depara el fin, pero también el principio de otro periodo dentro de su naturaleza. La era de la actual zona de exclusión es la era de la transformación silente luego del paso de 26 años entre el concreto y la grieta, entre el colapso y la ruptura de una estructura social apuntalada hacia el progreso y colapsada finalmente en el fracaso de su equilibrio. Es también un cuestionamiento inevitable del modo en cómo se conforman y desaparecen los circuitos de convivencia dentro de los mapas donde sus sociedades transitan, ejercen su dominio y sucumben de manera inesperada.

Sin embargo, la extinción de las ciudades no es un caso exclusivo de los accidentes nucleares o los desastres naturales. En países como México se vive actualmente el fenómeno de la deserción en las ciudades a causa de la violencia creciente por el conflicto que el crimen organizado ha desembocado en todos los sectores de la comunidad, obligando a sus pobladores a abandonar no solo su hogar si no todos los nexos posibles que puedan conservar al interior de la comunidad, de tal modo que pueda lograrse un desarraigo pleno, que en ningún momento contempla la alternativa de un posible retorno. Estas diversas ópticas del exilio, conforman la búsqueda dramatúrgica que pretende habitar el presente proyecto.

TRAGEDIA DE CHERNOBIL


El día 26 de abril de 1986, el reactor número 4 de la central nuclear de Chernóbil estalló durante el transcurso de una prueba de seguridad mal ejecutada. Estas acciones condujeron al envenenamiento por xenón del núcleo, seguido por una excursión de energía que culminó en dos grandes explosiones. Unos 50.000 habitantes de Prípiat la ciudad más próxima al reactor, fueron desplazados tres días después de la explosión. Las autoridades les pidieron que dejaran dentro de sus hogares todas las pertenencias posibles, haciendo cercano el propósito de volver a integrar su vida cotidiana, en un lapso de tiempo no mayor a cuatro días. Sin embargo y a 26 años del incidente, estos habitantes en el exilio, nunca pudieron volver otra vez a su ciudad.

Actualmente, Prípiat, se mantiene inmersa en la ruina y el abandono, formando parte del área conocida como La zona de exclusión por el impacto que generan los altos índices de radiación en ella; sus antiguos pobladores, los sobrevivientes de esta tragedia, habitan aun las áreas de la periferia, asumiendo incluso los riesgos derivados de la actividad nuclear que en menor escala, representa una amenaza continua y a largo plazo.

Este proyecto es un ensayo de realidades colindantes, mediante la temática del exilio colectivo que padecen los habitantes de las ciudades contemporáneas que han quedado en abandono y al paso del tiempo siguen conservando la memoria de una vida que se desplaza entre el olvido y la recuperación de su identidad propia. Una identidad de la que un gran número de desplazados se ven obligados a desarraigar de sí, para conformar cifras inmensas de sociedades flotantes en el mundo. Las ciudades en el abandono, conforman entonces una evocación simbólica de sus civilizaciones, componiendo un documento de amplio valor para el ejercicio de su resignificación y alternativas valiosas, ofrecidas para comprender el sentido de la ausencia y la vida de lo que alguna vez entre sus sectores de convivencia sucedió.En base a lo anterior se propone la creación de un compendio de tres piezas dramatúrgicas, basadas en los testimonios y espacios significativos de la población exiliada de Chernóbil en el país Ucrania, debelando un proceso que permita reproducir la lectura de estas piezas mediante su propia voz, por un dispositivo de sistemas amplificados de audio instalados en la zona de exclusión comprendida en la ciudad perdida de Prípiat, para lograr finalmente la integración y conformación incidental del texto Tres variaciones de voz al decir Chernóbil escrito en español y traducido al ucraniano.